No te pude ni siquiera ver Nuestras bocas jamás se hallaron, tantas bocas prestadas que nunca fueron las nuestras, tantos silencios torpes convertidos hoy en reproches de un corazón blindado con razones congeladas de un sentimiento quemado, que mas da si la tristeza me agota, si la soledad me sacude o si la pena me malcome, este fue el peor accidente de nuestras tontas excusas. Abrimos nuestras almas desgarradas a una fuerza imparable que nos dejó inmóviles tú allá y yo del otro lado del mundo, alejados por nada y de frente con todo. Hay cosas que no se terminan porque quizás la realidad es solo lo que es y no lo que pudo ser. El café dejo de funcionar, fueron tantas las noches y los días donde intentamos despertar que cada cosa que vivimos no fue la realidad. Ahora y hasta después...
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